El Incierto Futuro del Trabajo
El vertiginoso avance de la tecnología en el mundo de los negocios amenaza el Establishment laboral global y por ende el futuro del trabajo, incluido el que realizamos actualmente.
Revisemos alguna cifras que entre otras nos dan cuenta que debido a la automatización solo el 10% de los negocios permanecerán en los próximos 5 a 8 años, o que el promedio de estabilidad en un trabajo es de 4.5 años, siendo que en el 60, este promedio era de 40 años, y que la tendencia de permanencia en una solo compañía se dirige a la baja.
La Investigadora y futurista Española, Raquel Roca, autora de “Know-Mads los trabajadores del futuro” arroja ciertas cifras inquietantes en cuanto a lo que nos depara en el 2020, a solo 5 años de nuestro aquí y ahora laboral, casi como decir pasado mañana; veamos algunos datos que nos brinda Roca:
Más de 1,3 millones de personas trabajarán de manera virtual; con estas tendencias la relación de dependencia se irá convirtiendo en una sin ataduras; pero para muestra un botón, sostiene que actualmente en IBM más del 45% de sus 400,000 contratistas y empleados ya trabajan de manera remota. Que la irrupción tecnológica que implica todo el acceso al conocimiento humano -según Microsoft en su Informe Ciberespacio 2025-, en donde calcula que para ese año seremos 5,000 millones de personas conectadas por los dispositivos móviles, nos llevará a avances exponenciales (ya que la aceleración tecnológica no es lineal) como el acceso a Internet para todo el mundo, con una nube perfeccionada, que supondrá bajos costos en los servicios de computación, y también en los precios de los teléfonos, lo que coadyuvará a una globalización digital en tiempo record.
De hecho, todo esto repercutirá en la arquitectura laboral vigente de manera inexorable. Más de un 40% de las categoría funcionales o puestos de trabajo podrán desaparecer en la próxima década. Para complicar más el panorama, tenemos el real aumento en la expectativa de vida, por un lado, y por el otro, los incrementos poblacionales globales, teniendo en cuenta que más de 4,000 millones de personas emergentes irrumpirán en la competencia a laboral global. En eso habría estado pensando el Multimillonario Carlos Slim cuando proponía bajar de 5 a 3 días laborables por semana.
Seremos más, duraremos más, y tendremos que seguir trabajando, parece que esa es la consigna. ¿Qué hacer entonces?
Para determinar la dicotomía que se encuentra en la desaparición del trabajo y la preservación de éste, y dada la incertidumbre y desconcierto, revisar los sabios planteamientos del Papa Francisco sobre el futuro del trabajo nos puede brindar luces sobre cómo hacer para que el trabajador pueda mantenerse activo ante este inevitable pero realista panorama de la humanidad.
Francisco sostiene en su “Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común“ que: “ El trabajo debería ser el ámbito del desarrollo personal, en donde se pone en juego muchas dimensiones de la vida: la creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de capacidades, el ejercicio de los valores, la comunicación con los demás…”.
Francisco considera necesario y fundamental que se siga buscando como prioridad el objetivo acceso al trabajo por parte de todos.
A mi entender lo que Francisco nos sugiere, es que estemos activos en el pensamiento y actitud de siempre innovar de cara a preservar el propio trabajo humano, para con ello también preservar lo más importante, que es la dignidad del hombre y de su prójimo (próximo).
Lo pide claramente: “No debe buscarse que el progreso tecnológico reemplace cada vez más el trabajo humano, con lo cual la humanidad se dañaría a sí misma. El trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal…”. “La disminución de los puestos de trabajo tiene también un impacto negativo en el plano económico por el progresivo desgaste del “capital social”, es decir, del conjunto de relaciones de confianza, fiabilidad, y respeto a las normas. Que son indispensables en toda conciencia civil”; …“los costes humanos son siempre también costes económicos, y las disfunciones económicas comportan igualmente disfunciones económicas”.
¿Estaremos cavilado en esto?, ¿serán reales las predicciones futuristas?, ¿es el futuro del trabajo de mis hijos lo que debiera inquietarme?, o, ¿a mí también me tocará en alguna medida?, ¿estaremos calculando bien?.