La Confianza en Sí Mismo
La confianza en sí mismo es un activo, y es algo que no aparece en el curriculum. Cuan cierto esto, pero también cuántos profesionales no la poseen realmente.
La autoconfianza sobre todo refleja siempre la alta seguridad de la persona, se dice también de aquel que la posee, que cuenta con buen autoconocimiento, atributos que son poderosos en cualquier escenario de transacción personal, en donde se interactúe profesionalmente, en el mundo de los negocios, o la propia gestión gerencial corporativa. Pero de seguro, aquel que ostenta seguridad solo tiene el cielo como límite.
Las negociaciones, las entrevistas de trabajo, las propias relaciones corporativas cotidianas son un escenario diario para interactuar, con seguridad y autoconfianza, o sencillamente sin ella.
Pero, ¿qué se requiere para poseerla?, ¿hay que nacer?, o ¿se puede obtenerla aprendiendo?
Aprender modales recurrentemente y en diversos escenarios siempre va a ser un punto a favor en la vida y en la carrera de cualquier persona, pero la autoconfianza es mucho más que eso, es algo más profundo, es aquello que sientes sólo tú, ...ahí en tu fuero interno más profundo. Y esto desde luego que puede moldearse, pulirse, trabajarse; ¿cómo?, ejerciéndoselo directamente uno mismo, con foco y atención en diversos factores que me determinan ese “como soy”, u otros indicadores que nos ayudan de forma objetiva sobre que es lo que realmente disfruto hacer, aquello que es para lo que he nacido, para un trabajo por ejemplo. Pero hay algo más, además si sé que tengo el don para hacerlo, pues por ende ¡voy a ser bueno en eso!, entonces mi trabajo… hasta lo podré disfrutar con cierta (o mucha) pasión al realizarlo, solo depende de las ganas que le ponga (actitud, compromiso). Reflejar todo esto en un diálogo diáfano y ameno, es la mejor credencial de éxito para cualquier Venta Personal.
Es posible entonces que a través del auto-conocimiento podamos descubrir legítimamente nuestros estilos preferidos -únicos-, las motivaciones de mi hoy, el nivel intelectual en ésta o aquella área que me interesa, o mis áreas deficitarias para poder enfocarme en mejorarlas. Con todo esto, el conocerse bien entonces siempre contribuirá a la confianza en sí mismo, reflejando además esa buena energía que favorece las relaciones, siempre acompañado de un buen trato, y manteniéndose receptivo para responder, pensar, o callar.
Por su parte, el carisma es sumamente importante en todo esto, pero ciertamente acompaña solo a algunos elegidos, pues impostado se deja ver, y cae mal. Por eso el líder carismático inspira al resto, es muy seguro de si mismo, a su vez auténtico. Abre los espacios mentales de sus audiencias para sembrar bien su mensaje, con fluida oratoria, y de manera persuasiva. Además ese líder es ético, porque es de aquellos que lo que dicen, lo cumplen, pues su palabra es ley.
Este examen introspectivo para que sea virtuoso, deberá ser progresivo, ascendente, de cara a convertirlo en un ejercicio interior que sea el productor de nuestra propia auto-confianza, nuestro claro auto-conocimiento.
Finalmente, pero no por ello menos importante, el poder que se le atribuye a “la palabra” hablada es también fundamental en estos escenarios en los que actuamos día a día. La palabra es concluyente para una persona segura de sí misma.
El gran santo hindú, Paramahansa Yogananda, nos deja la siguiente afirmación:
“Un aspecto fundamental para lograr la prosperidad del hombre, es ser consciente del poder que tiene la palabra. Esta se origina en el pensamiento, y estos pensamientos se convierten en un manantial de fuerza que alimenta todas sus acciones…”.